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Los limones son unos cítricos maravillosos, con muchos usos y cualidades
Más allá de los tipos de limones que te gusten o que compres con frecuencia, todos hacen parte de los cítricos, una familia de frutas con muchísimos parientes. Esto se debe a la facilidad que tienen para hacer híbridos.
Sin embargo, en este artículo únicamente vamos a hablar de los limones. Te vamos a explicar las diferentes variedades que existen, algunos consejos para escoger los mejores y a mostrarte unas cuantas recetas para que los uses.
Aunque a simple vista no es fácil diferenciar las variedades de limones, en realidad existe una amplia gama de clases cuando entramos a hablar a profundidad de esta fruta.
Algunos varían en la cantidad de jugo y otros en algunos detalles en su forma. También puede cambiar el nivel de acidez. Así mismo, el lugar de origen es otra característica que se tiene en cuenta al momento de hablar de determinados tipos de limones.
Una de las razones por las que el limón es tan valorado en la cocina es que lo podemos usar para hacer todo tipo de preparaciones en las que queramos un tono de acidez, así sea mínimo o hacerlo protagonista.
Acá te compartimos recetas únicamente saladas en las que puedes usar este cítrico.
Esto nos ha pasado a todos. Terminamos de cocinar un buen plato al que ese toque ácido del jugo de limón es la pieza que falta para completar el rompecabezas del mejor sabor. Lo cortas por la mitad para exprimirlo… pero está seco, no tiene casi jugo.
Para evitar lo anterior, que es más frecuente de lo que creerías, es necesario tener en cuenta algunos consejos para saber en qué hay que fijarse, qué hay que observar, qué hay que sentir para llevar a casa los limones más jugosos y deliciosos.
Si en el supermercado o tienda donde compres tus frutas tienen una báscula o una pesa en su sección de frutas y verduras, aprovecha para usarla y tomar los limones más pesados. Si no es así, intenta compararlos en tus manos.
Entre mayor peso, más jugo van a tener en su interior.
Además del peso, también es una buena idea que los puedas tomar y apretar suavemente, para saber si están muy duros o demasiado suaves. Acá no queremos irnos a los extremos, en el caso de los limones preferimos un punto intermedio.
Por un lado, si están muy duros, es posible que estén secos y no tengan mucho jugo, o que su cáscara sea muy gruesa. Por el otro, si es un limón que está demasiado blando, puede ser una señal de que el jugo no es de muy buena calidad o que la fruta sufrió un golpe.
Aunque el peso de un limón es un factor fundamental, el color también nos cuenta algunas cosas sobre esta fruta.
En primer lugar, debe tener un color uniforme y sin ninguna mancha. Estas son muestras de mala calidad o una señal de que el limón fue golpeado.
En segundo lugar, más allá de que estés buscando un limón verde o amarillo, evita los tonos más opacos. Procura que sean brillantes e intensos.
Un tip antes de continuar: usualmente, los limones de cáscara lisa y delgada suelen ser más jugosos que los de cáscara rugosa. Estos últimos también suelen tener la piel más gruesa, dura y resistente.
Como ya te mostramos algunas preparaciones saladas con este cítrico, ahora es el turno de esos sabores para un delicioso postre.
Aunque su uso más cotidiano puede ser para hacer limonada o entregarles un toque ácido a ciertas comidas, los diferentes tipos de limones tienen algunas propiedades que los hacen maravillosos para usar en la cocina. Además, vale la pena usar todas sus partes, desde el jugo, hasta la cáscara.
No te preocupes, hablamos de un proceso bastante sencillo de entender. En otras palabras, es la técnica de “cocinar al limón”, que puede sonar mucho más digerible que desnaturalización.
Cuando cocinamos una carne con altas temperaturas, su color y textura cambian. Esto es porque las proteínas modifican su estructura y sus propiedades. En palabras más sencillas, eso es lo que sucede cuando asamos un pescado a la plancha.
Pero una temperatura muy alta no es la única forma de hacer esto. El limón es suficientemente ácido como para modificar las proteínas de un pescado. Si lo dejas sumergido en el jugo de esta fruta, su color y su textura van a cambiar, como si se estuviera cocinando.
Este método es bastante común para preparar ceviches.
Un pie de limón no es lo mismo sin esa capa de ralladura de su cáscara, que le entrega un aroma cautivante, un sabor inconfundible y ese aspecto visual que lo hace tan atractivo a primera vista.
Sin embargo, cuando quieras usarla piensa primero en el tipo de rallador. Para que no termines también rallando la parte blanca y amarga del limón usa un rallador con agujeros muy pequeños o un zester.
En Recetas Nestlé® queremos que uses todos los elementos y las partes de los alimentos. Además de rallar la cáscara, también la puedes aprovechar para decorar algunos platos o bebidas, ya sea para entregarle un toque de sabor a una infusión o para añadirle ese juego visual a un vaso.
Otra opción es usarla para hacer una fragancia contra los malos olores. En la cocina se mezclan muchos aromas que, sinceramente, no son los más agradables y, a veces, abrir la ventana no es suficiente.
La solución es muy sencilla: corta la cáscara del limón y guárdala en un envase de spray con agua. Agítalo un poco y rocía la mezcla. Ahora tienes tu propio ambientador casero y totalmente natural.
https://citricoslapaz.com/blog/variedades-de-limon/ https://www.el-limonar.com/productor-citricos/blog/54/tipos-de-limones-y-como-diferenciarlos.html https://www.ecologiaverde.com/tipos-de-limoneros-3247.html https://www.gastrolabweb.com/tips/2021/8/4/consejos-para-aprender-elegir-mejor-tus-limones-en-el-mercado-13435.html https://laroussecocina.mx/nota/mito-o-realidad-cocer-carne-utilizando-jugo-de-limon/
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